"Lento amargo animal que soy que he sido"
Jaime Sabines
Así de simple "el vuelo" por Ofelia Morua.
Quisera tener dos alas, no una ni tres, solo dos, que me ayuden a mantener el equilibrio, que sean tan fuertes como para emprender el vuelo y tan sutiles como para saber planearlo. Quisiera tener dos alas que me lleven a conocer azules profundos y me alejen del bullicio. Pero no tengo ni una, ni dos, ni tres alas; a cambio de eso tengo la imaginación y con ella puedo soñar esta noche que tengo dos alas que me llevan a esos azules profundos que tanto extraño, puedo imaginar que emprendo el vuelo y el viento acaricia mis plumas, tan bien quiero imaginarme que voy a una cascada y me lanzo en picada a la velocidad del agua y antes de sumergirme en la espuma que provoca al caer, vuelvo a emprender el vuelo y me dirijo al bosque ahí vuelo a más altura rozando la punta de los pinos. Que fácil es viajar, hace años que no me duermo soñando, pero ya es hora de volverlo hacer.
He estado escuchando a Jaime Sabines, recuerdo claramente la noche en que Ivancito (mi amigo pintor) me lo presento, nos acompañaba un cartón de Indios, estábamos en el patio de su casa, ya lo tenía bombo con el tema de la religión y con pocas palabras para un buen entendedor, me dijo escucha esto; era el poema "Me encanta Dios"de Sabines, es un poema maravilloso, mi preferido, ya baje el disco completo de la web y me gustan todos los poemas, tiene un muy buen humor.
Estoy a punto de preparar una nueva serie de fotografías siguiendo la linea surrealista de la ultima, con todos los matices del narcisismo que me sientan tan bien últimamente, creo que a raíz de la oleada de eventos, dejaré de ahogarme entre latas de aluminio, después de la llegada de mis 29 y a menos de un año de cumplir 30, me debo una buena dosis de mí, porque cansa a la larga ser de los demás, yo me había acostumbrado a solo ser de mí, comenzare a reproducir todo lo vivido hasta la fecha y lo que siga ocurriendo seguramente me marcara. Ya sé que soy fatalista ese es mi peor defecto, me ahogo en cada vaso de agua y en cada botella de alcohol, hablando de el, me he mantenido respetuosa (hasta eso) con la botella de vino blanco de la Chimina pero no te aseguro que le siga teniendo respeto cuando vuelva a abrir el refri; me hace unos ojos Chimi que hasta el más fuerte caería y yo la verdad soy tan frágil como un florero argentino ¡uch y luego argentino! (risas) espero verte pronto hermana.
Vamos a soñar, las balas no penetran hasta allá!
