Pareciera que nos propusimos a recordar nuestra infancia y por adherencia a los abuelos. Aquí mi hermana posa dentro de las instalaciones de la que fue nuestra primaria, varios años atrás dos chiquillas uniformadas con el mandil de cuadritos blancos con rojos, esperaban a la abuela alcahueta que llevaba el almuerzo recién hecho, hasta las tazas del café, unas muy chiquitas, te acuerdas Chiminita que tiempos aquellos, así lloviera o hiciera frío la abuelita Mariaelena estaba más puesta que un calcetín, de vez en cuando la recuerdo, ella si era de esas abuelas que te sentaban en sus piernas, cuando me iba a pegar por alguna travesura me pedía que fuera por la toalla y con eso me reprendía según ella. Siempre iba los sábados a comer después de que pase a la secundaria para que no me extrañara tanto y cuando muerió me dolió mucho pero recuerdo que ella me dijo que me cuidaría aun después de muerta, pese a que no era mi abuela de sangre lo era por el cariño inmenso que nos llego a tener, es así como la vida nos dio tres abuelas cada una con sus distintas formas de decirnos cuanto nos quisieron.
