...porque un solo lugar no es suficiente, necesite de re inventarme la vida y termine en las orillas, al filo del abismo no hay otra opción solo volver a comenzar...

8 de octubre de 2010

Dejémos que las palabras se sumerjan en el silencio



Hay muchas ideas que tengo en la mente, parecen pájaros multicolores que se desvanecen como el algodón de dulce en mi boca; ya es de noche y en el sofá de Ofelia reposa el vacío, a lo lejos escribo un texto que espera dar respiro a estos días, de fondo hay mucho bullicio entre paredes escucho voces alteradas, es quiza el pertinente consumo del alcohol, pues es ya viernes, las mismas voces que se alteran, cantan, su voz cada vez se distorciona y mi oído cada segundo se agudiza más y más.

Dicen por ahí, la verdad no se quien, pero alguien algún día tuvo que haber dicho que "solo tenemos lo que necesitamos", hace una horas leí  "que cuando algo se te escapa de las manos y éstas aparentemente se quedan vacías, no debemos agobiarnos, significa que algo mejor vamos a recibir"; curiosamente siento un alivio; si bien no soy un pan de Dios, pero quien lo es en esta vida?... la calidad moral de los individuos es tan útopica que a cualquiera se le olvida el pasado y las regasones, es más comodo negar lo que de la boca sale porque así nadie te sacara de ahi; qué necesidad tendría yo de cambiar esto?, ninguna.

Por eso dejo que el agua se lleve las palabras, el silencio es lo mejor que puede existir para escuchar la voz que existe dentro de nosotros, a ella le llaman conciencia y aunque no tiene forma de grillo, estoy dejando que termine su discurso, la estoy escuchando con atención y estoy aprendiendo a conocerme más, a darme cuenta del tiempo que he pasado invirtiendo esfuerzos a cosas que realmente nunca van a cambiar, por eso en este instante es tiempo de darle un giro nuevamente a mi vida, de retomar el camino al que pertenezco, porque el tiempo no me perdonara no haber hecho lo conveniente en esta vida y de ser así no avanzare a la que me espera.

Quiero celebrar la dicha de poder seguir escribiendo, de hacer fotografía, de estar tan cerca de mi lugar seguro y de que mi corazón se sana en cada momento en el que vuelvo a mi cuando respiro, quiero celebrar que a mi lado estan los que tienen que estar y tengo la fortuna de seguir contando con ellos a la distancia; el sol, la arena, las olas del mar, la dicha de hablar con la verdad, caminar con paso firme, de no voltear a atrás me da la pauta de reencontrarme con la persona que realmente soy. Me satisface pensar que no soy la causa sino un detonante y tarde o temprano las cosas tendrar que acomodarse, como en todo, tiene que llegar la calma.

4 de octubre de 2010

De la ficción a la realidad...



Una película que simplemente maquilla las heridas psicológicas y físicas que vivimos, a mí en lo personas me gusto "La Ley de Herodes" del mismo director, pero la linea que sigue al menos con este tema lo siento desde mi punto de vista un maquillaje.

Los mexicanos no necesitamos más de esto. Anoche de regreso de un evento cultural del FIT (Festival Internacional Tamaulipas) vimos como varias camionetas de la policía federal iban en dirección al centro de CD. Madero, sinceramente me sentí agobiada por su presencia, Tampico no era así, tampoco era la mejor ciudad sobre el tierra, pero no era común ver a militares, policías, sicarios, ahorcados, decapitados, balanceados etc. 

Esto es un verdadero caos, donde nadie encuentra paz, la población de Tampico es muy cinéfila y no dudo que la sala esta llena; el director de esta cinta, menciona en una des sus entrevistas que la película esta basada en el género ficción, me queda la pregunta si los mexicanos necesitamos de ficción para reflexionar, cuando lo que estamos viviendo en las calles de nuestra ciudades es un infierno, que mas necesitamos ver si mi madre a las 6:15 am. rumbo a su trabajo se encuentra con cuatro cuerpos que cuelgan de un puente, olvidemos la vida nocturna, qué pasa con la vida diaria, de las personas que se ganan honestamente el sustento, dicen que por lo general pagan justos por pecadores. 

Escucho sirenas y no son las del mar, todo el tiempo cerca de mi casa escucho sirenas que no me dejan dormir. Las madres dejan a sus hijos en las escuelas rogando que no sean víctimas de tanta violencia. Hubiera preferido iniciar la semana con algo más agradable pero esto está tan presente en nuestras vidas que me resulta inevitable. No encuentro conclusiones mucho menos soluciones; Tampico es una ciudad pequeña y toda la violencia esta muy cerca, cada vez más cerca, que nos estamos acostumbrando.

Pero así como yo tengo la libertad de expresar mis ideas, esta película tiene el derecho de haber sido creada y expuesta, será quizá de las únicas cosas que haya hablado sin conocerlas, porque no necesito ver maquillada la realidad. Por tanto no pagare para ver lo que en las calles es gratis.