Cuando era niña solía ocupar mi tiempo en pensar como sería de grande. Ahora que venía camino a casa, pensé en aquella imagen que suponía sería algún día; al compararla con lo que realmente soy, hay una enorme distancia entre una y otra, una distancia de 30 años...
Pensé que sería alguien muy "estable", según los rangos convencionales de la sociedad. Tendría una carrera terminada, un trabajo muy bien remunerado, una relación sentimental con vías a convertirse en un matrimonio excepcional y pronto llegaría el primer hijo, lleno de amor sería recibido por mi familia, le escogería el mejor nombre del mundo y le planearía la mejor educación, quizá solo tendría uno, o con suerte tendría el segundo, una niña muy parecida a mí pero en la personalidad todo lo contrario... entonces sería feliz al verlos crecer.
De todo eso, solo tengo una carrera termina, una casa llena de muebles, un perro fiel que se alegra cuando me ve llegar. Regresando un poco al pasado y evaluando las decisiones tomadas que me hicieron llegar a este punto de mi vida, quisiera encontrar el momento preciso en que esta proyección de mí se comenzó a alejar poco a poco.
Sí, las decisiones son esos instantes pequeños donde dices... sí... o no... o mejor mañana... para que acelerar esto si aun tengo tiempo... luego... después... ya para qué... prefiero estar sola... pero una cosa muy cierta es que nada se puede forzar.
Debo pensar ahora que todo lo vivido a sido necesario para ser este adulto con la vida más resuelta y con esto me refiero a que una vida no se resuelve a los 10 años, 15 años o 30 años... la vida de cada ser humano se resuelve al final, al cabo de la muerte sabré la verdad de mí.
Mientras disfruto de esta independencia, de esta soledad y de la compañía completa de mi familia. Desearía darles el gusto a mis padres de ser abuelos, pero hay cosas que no son propias de mi en este momento, la certeza del futuro es completamente efímera. Mañana me espera un día mas de sorpresas en el cual agradeceré lo que tengo y seguiré adelante. Me esperan días maravillosos de eternas primaveras así que no hay porque pensar en lo que no he llegado a ser, si esto que soy es único.
