25 de abril de 2009
Ella contra todas...
Arroz
El arroz es quizá uno de los platillos que más apetezco, la verdad es que soy de buen diente, buen paladar, buen apetito. Algunas personas “que me conocen” piensan que no sé cocinar, que soy la niña de casa que su mamá todo le hizo y la verdad no están equivocados, la diferencia es que ya no estoy en casa y aparte de ser una diferencia es una realidad, todo cuanto necesite solo depende de mi buscar la forma de satisfacerlo.
Siempre hubo un “pero para qué…” si las hamburguesas de la esquina están muy buenas, el café y la dona del Super 7, los tacos al vapor etc., estaban tan cerca, justo para evitar la fatiga.
Pese a que he tenido por el lado paterno y materno buenas clases de cocina, jamás fui tan conciente de lo importante que era poner atención, como siempre me toco lavar los trastes y pasárselos a mi papá mientras el picaba y preparaba todo, deduzco que no me gusta ser “el pinche” y claro, terminaba aburrida porque yo quería más acción, sentir el calor de los alimentos en cocción, los olores, sabores, ver las texturas, escuchar esos sonidos que te indican claramente los tiempos de un paso a otro…
El domingo pasado un amigo me enseño la receta para hacer el arroz de su abuela, me dijo paso a paso como debía prepararlo, escuché, observé, olí, toqué y al final saboreé un exquisito arroz blanco a la jardinera, le comente que llegando a mi departamento lo haría pero la verdad es que hasta después de dos días con más ánimos y antes de que se me olvidaran los pasos me decidí a tomar al toro por los cuernos, aunque más bien en este contexto encaja: tomar la sartén por el mango, el caso es que lo hice y recordé lo que papá me respondía cuando le preguntaba, por qué cocina tan rico?… él decía porque lo hago con amor.
Mírenlo, no les parece hermoso, tiene brócoli, zanahoria y calabaza, un diente de ajo finamente cortado y unos trocitos de cebolla, la cantidad de agua doble a la porción del arroz y un chorrito más, sal y la mitad de un cuadro de pollo, suena raro escribir este ultimo ingrediente no? “cuadro de pollo” sirve como sazonador, cada grano de arroz esta separadito y sabe uf delicioso, espero hacerlo cada día mejor y de muchas formas.
Gracias por la receta de la abuela zacatecana, gracias por compartir el placer de cocinar…gracias por tu amistad.
FEB 09
...me disuelve...
Hay una mujer detrás del cristal, de Ojos grandes y calva descubierta exhibe su sonrisa a cuanto transeúnte pasa por en Frente. Testigo silencioso de la dinámica urbanidad en la que me sumErjo después de vender 10 horas diarias de mi preciada vida, al tirano que se disfraza de "jefe"... la llamare la siLenciosa y sonrIente mujer detrás del cristal que me observA, que me refleja, que Me agobia, que me disuelve...
LUNA ROJA
El fotógrafo cree fotografiar lo que ve, la sorpresa viene cuando ve lo que ha fotografiado. El resultado no depende sólo de la intención, ni de la idea, ni del punto de vista, ni del encuadre, ni de la elección del color, ni de la relación con lo fotografiado, depende también de la capacidad limitada del fotógrafo para reflejar lo que ve y para ver lo que hay. Jana Leo
Por Ofelia Morua
LUNA
¿Qué ven?
¿A caso parece un…?
Sí, todos ven lo mismo...1
Yo te veo
De cabellos cortos
Y pies que se sumergen en agua
Yo te veo
Salvándote de todas las batallas
Naciendo entre los escombros
Yo te veo
Girando las manecillas de tu reloj en sentido contrario
Bebiéndote los segundos
Yo te veo
Enraizándote entre mis piernas
Clavándote como lanza en mi corazón
Yo te veo
Sonriéndole a la noche
Acompañada de luciérnagas
Yo te veo
Y tú me ves
Fijamente como si desearas encontrarte
En el laberinto de mis palabras
En la oscuridad de mi boca
En la penumbra de mi piel
En los sueños que recuerdas
En lo que olvidas
En lo que te disgusta
En lo que te gusta
En el desierto de tus lágrimas
En la fracción de segundo
En el humo de mi cigarrillo
En Morgan, Suter y Santiago
En las palomas suicidas
En las verdades del “diablito”
Yo no veo uno, veo una
Veo a luna de día y de noche
Acortándome la respiración
Ahogándome en interrogantes
Asesinándome con su ausencia
Yo te veo
Y tú me ves
Y nunca sabré lo que piensas
Y si la pregunta es la que intuyo
La respuesta es sí
Y cuando no te veo
Te imagino.
Ofelia Morua