El tiempo tan sabio

Dedicado al Pequeño Burgués- Marquito y La Chica que llego cuando me iba

Algunas veces ensimismados en nuestras tragedias, no alcanzamos a percibir el abanico de posibilidades, basta con caminar unos cuantos pasos, encender un cigarrillo, tener una buena canción que nos susurré en nuestros oídos, ver como todo a nuestro alrededor no se detiene... pero nosotros sí, ahí estamos paralizados del miedo, del frío, del hambre, digo hambre en todos los sentidos, hambre de comer, de beber, de vivir, de respirar, de bailar, de gritar, de llorar, de regresar, de recuperar, de luchar y hasta de perder.

Mientras volver parece un plan a corto plazo, mi vida se enriquece de otras historias, de otros llantos y calamidades... entonces pienso "TODO PASA... Y ESTO TAMBIEN" de que habla Ofelia en esta ocasión... no hay una historia en particular porque todas son muy parecidas, tampoco se refiere a su propia historia.

De qué hablo?

Hablo de que el tiempo no pasa en vano, tarde o temprano, ese tiempo que algunas vez lo vi como mi peor enemigo, hoy se a convertido en mi aliado, los días, los años nunca pasarán en vano, en vano pasan para las almas jóvenes, no para esta vieja anciana de alma, que si mi cabeza no se ha teñido de blanco el alma la tengo tan teñida que de solo imaginarla se me dibuja una sonrisa en mi cara.

Viaje a un lugar con tres maletas y un portafolio de fotografías en blanco y negro, llegué y no conocía las rutas urbanas de los colectivos, no me sabía los nombres de las calles, no sabía ni siquiera como llegar a un departamento donde me "esperaban" dos amigos que también en tiempos distintos cambiaron su lugar de origen por una ciudad donde las oportunidades son más y mejores.

Me exilié de mi tierra, de su playa, de su puerto, de mi familia, de mis calles, esas calles donde aun alcanzo a respirar las risas, las platicas profundas con intelectuales que se beben las noches desmadrando el mundo para después volverlo a dejar como estaba. Me fui de todo eso para llegar a una ciudad donde comencé a escribir mi nombre en base a cinco mudanzas, dos que tres enemistades solo por mencionar un número porque la cifra exacta no la conozco ni la quiero saber, un departamento que se inundo en septiembre del 2008, dos trabajos sin valor curricular... (risa con sarcasmo) curricular? debería incluirlos, a ellos les debo haber llegado al tercero y después de este seguir de pie. Los jefes tiranos, acaso existen otros?... Mi nombre aquí pocos lo recordarán, pero quienes se acuerden de el al mismo tiempo dirán... lo que sea que digan poco me importa, regresar el tiempo no se puede, por eso hay que portarse bien, y eso va también para mí, porque una Santa Ofelia no soy.

Habrá quienes extrañen mi huevo con chorizo, el café en la azotea, las charlas nocturneanas, mis cenas con una indio, los ladridos de Chichén, mis momentos de crisis y estos oídos que nunca se han cansado también de escuchar, habrá quienes me extrañen de perdido para decir "pinche vieja, que bueno que ya no está aquí", todo eso viene a mi hoy, porque el tiempo es tan sabio, que basto soltar los pensamientos más comunes y absurdos, para darle entrada a esta reflexión, sí, cuando camino con mi cigarrillo y mi tiempo se detiene en el bullicio de las calles, viene a mi todo ese aire de melancolía que me llevo en mi cuarta maleta, esa en la que se guardan todas esas cosas de las cuales no pensé adquirir pero iban con letras pequeñas al reverso de mi boleto.

Llegué, sí. Y también me iré. Diré una verdad: nunca supe a que venía, conforme el tiempo pasaba, superaba las adversidades a las que se enfrenta como cualquier ente que va huyendo de su pasado y presente, así que el futuro no era más que irla pasando, estar pero sin estar, ser, sin ser.

Muchas veces me pregunte: qué chingaos hago aquí? la respuesta tardo en llegar dos años después, hasta eso no se tardo, otros mueren sin saber que pedo con su vida. Cuando por fin llegó, mi vida comenzó a ser de color de rosa, en verdad, la vida color de rosa existe y no es la barbie la que te proporciona esta felicidad, es uno mismo, aquí me encontré con mis peores demonios, con los fantasmas más paletosos, con los miedos de niñez que se me adjuntaron en una de esas tres maletas. Me anime a deshacerme de TODO lo que no me sirve y hasta PERDER resulto sano para el ALMA.

SOY FELIZ porque voy junto a la vida disfrutando cada uno de sus instantes, porque puedo compartir con otros que apenas empiezan las mismas experiencias, puedo sugerir sin interferir, porque cada quien contará como le fue en la feria, me gusta servir de ejemplo, me enorgullece mi experiencia porque es tan ordinaria que aprendí a verla extraordinaria y de ella otros aprenden.