Descansa Papillón... descansa en paz.
Quisiera la vida para inventarte, para dibujarte los sueños incansables, me dueles, me dueles en la piel, en los huesos, en el pensamiento. No me hago a la idea de haberte dejado sepultado entre la oscuridad, el vacío, me haces renegar y fastidiar al creador. Y dire algo que otras veces he escuchado, por qué tu? por qué mi primo, el mejor, el que me defendió, por qué tu el que más me demostró cuanto me querías?
No quiero saber de la vida, no quiero saber de la muerte, quiero que vuelvas y me digas cual es la segunda parte de tu película, si algún día te encontraré, si acaso te encontraste en un túnel lleno de luz. Si estás con Dios dile que digo yo: que estoy enojada con él, y que sus palabras en donde las haya dejado me dan lo mismo. Estoy molesta con él porque nunca da la cara. Tengo tanto fastidio que podía comprar con eso el mundo entero.
Mis primos se han curado tu perdida a su manera, pero ahora que estoy sola, en mi casa y ellos duermen alcoholizados yo estoy mas consciente de lo que desearía estarlo. No puedo olvidar la imagen de tu rostro, tratando de robarle a la vida los segundos, segundos contados, tu tiempo, mi tiempo, el maldito tiempo, se nos fue entre tus dedos y yo no pude más que ser la espectadora de tu dolor. Cuántos amaneceres ya no veras?, cuántas veces tendré que pensar en que ya no estás?
A dónde te has ido?, de qué forma volverás?, cómo podrás decirme que todo esta bien?
La vida tan efímera, la muerte tan imprudente, te di más de lo que podía y aun siento no haberte dado nada.
Me vas a faltar en cada instante, nunca será igual.
Ahora entiendo que para mi siempre fuiste como un hermano, como el que nunca he tenido, ni tendré.
Yo no te quería dejar solo, ahí dentro en tu sepulcro, quería gritarles que necesitabas aire, que necesitabas ver el sol, la luna y todas las estrellas, yo no quiero que te vayas, no quiero que te vayas nunca, no quiero olvidarte, no quiero perderte, no quiero que te duela, solo tenias 30 años, solo 30 años...y ahora no estás.
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