El sofá de Ofelia Morua

Voy a escribir en voz alta.

Se me ha cuestionado como seria para mi amor ideal.

Cuando aun no era Ofelia, no sabia bien que era lo que quería, me agradaban las personas con un buen sentido del humor, por lo general me atraen los entes inteligentes, siempre había algo que llamaba mi atención, un buen chiste, un buen comentario, una sonrisa, una mirada segura; físicamente las manos, los ojos, la actitud, personas talentosas en el arte, educadas, con metas, no materialistas, no obstinados, ni aquellas que con su dinero buscan comprarme, no me importaba si me mandaban flores o chocolates, siempre he valorado mas los regalos hechos por uno mismo, no esos que se compran con una tarjeta y se paga porque los envuelvan.

Busqué por muchos años, busqué... busqué tanto que fui de un género a otro. 

Siempre me he rodeado de muchas personas, todas diferentes en creencias, profesiones, géneros y preferencias sexuales; amigos, enemigos; me han amado y otras me han odiado. Unas buscan mi amistad a toda costa, ven mi amor como un trofeo que presumir. 

Me han escrito poemas, dedicado canciones, me han hecho la vida más complicada, me han pedido que me quede cuando ya tenia mis maletas listas; han ido tras de mi cuando ya todo estaba terminado. Me han buscado y si aun me han encontrado se han topado con otra parte de mi, la que me quedo después de la tormentosa separación, obviamente una mujer muy desilusionada y lastimada... hiriente. 

Fui tan idealista, que mis pies se despegaron tanto del piso, tanto así, que cuando fue tiempo de aterrizar, reventé en el aire quedando solo trozos de mi. 

Entonces... qué espero del amor?

No espero que me sorprenda en la esquina de la calle, ni tomando el autobus, no espero encontrarlo en la web, ni que me sea presentado por terceros, la verdad es que no espero el "amor" de nadie en especial.

A cada persona que conocí y quizá llego a conocerme, quiero creer que si me dejaron fue porque no se sintieron capaces de amar a una mujer como yo, quizá me necesito tanto para mi que soy muy incapaz de compartirme, o tal vez me he entregado tanto que me he quedado sin mi... tiene un poco de lógica.

Pero así es esto del amor, muy confuso, muy arbitrario, un tanto absurdo y malhechor.

Un amigo solía decirme que el amor no existía y cuando aun no lo comprobaba pensaba que estaba loco, ahora creo haberme vuelto loca, porque soy más realista. La idea de "felices para toda la vida" son palabras obscenas que atentan contra mi raciocinio. Después de decir y escribir "te amo" los silencios del "y ahora qué sigue?" son como alfileres en mi corazón. 

El unico amor que no se trasforma es el de mi madre y mi padre, ese siempre ha sido incondicional, de ahí en fuera no sé que es el amor.

Espero que el amor me deje en paz, espero que no se cruce por mi camino, porque de ser así no tendré piedad. 

Dirán, mira que dolida esta Ofelia y yo podré contestar que a Ofelia no le duele nada, la que escribe esto no es Ofelia; evidentemente Ofelia es una máscara que invente, porque llego el día que me canse de ser la patética Argelia. Pero entre una y la otra siempre terminan siendo muy sentimentales, no es un tema de discusión el amor, ni quiero que nadie con complejo de héroe me venga decir que algún día llegara ese ideal que alguna vez busqué, no deseo que deseen eso para mi, no me interesa lo que piensen, ni siquiera deseo que me comenten algo, es más si por mi fuera espero que no lean esto. Me gusta escribir en mi blog porque soy exhibicionista de mis pensamientos y de mis piernas (risas).

En estos días he visto muchas películas de comedia romántica, un poco para reírme, un mucho para analizar las frivolidades cinematográficas que te venden la idea del "amor"... dice la Biblia tanto amo Dios a la humanidad que entrego a su hijo... bla bla bla..."qué tal!!!" supongo que Dios ha de estar enfadado viendo como la humanidad que trato de salvar se mata entre si. Que pena que no haya valido tal sacrificio, en caso de que esto sea cierto.

Bienaventurados los que ya no buscamos el amor, porque así nos ahorramos ser presos de la mercadotecnia.